La herencia del Jeque Árabe.
Erase una vez, un jeque árabe que no sabía como repartir su herencia entre sus dos hijos holgazanes. Los mandó llamar y les dijo. Hijos míos, vamos ha hacer una carrera para dejar en herencia mis ganados de camellos, mis oasis y mi palacio. Ambos debéis partir a caballo hasta Bagdad, de manera que aquél cuyo caballo llegue el último, ganará la carrera y se quedará con mi herencia.
Así lo hicieron, y a pocos metros de las puertas de Bagdad ambos iban a trote muy lento en su caballo. Cerca de la puerta había un viejo que repartía agua al viajero. Se bajaron de los caballos, tomaron agua y le contaron al anciano sabio la historia de la herencia y de cómo ganaría la carrera aquel cuyo caballo llegase el último. Este les dijo entonces algo a los hermanos, los cuales salieron a toda prisa hacia los caballos, y corrieron al galope hacia las puertas de Bagdad. ¿Qué les dijo el anciano sabio?